Santiago
Santiago Centro
Kilometro cero
pisadas fantasmas,
inmigrantes,
callejeros.
El pavimento recoge tus huellas
no hay trabajo ni alimento.
La añoranza, piel oscura,
dibuja surcos, con silencio.
Por eso no digas nada,
reconozco tu acento,
y lamento
no poder traerte a un lugar,
como el hogar.
También es mi culpa
que te sientas ajeno,
te veo borracho de fin de semana,
te veo, te veo,
invadiendo mi ciudad,
pero te perdono,
sabiendo que no hay
nada que perdonar.
Porque si pudiéramos escoger
el lugar donde nacer
yo escogería abrazarte
y contarte,
que en la tierra primitiva
Nadie
es un extranjero.