Frida me mira
desde el color de pigmento,
preguntándome,
desde la mentira de su
propia representación
Frida me pregunta
en cada gota de leche
acerca del misterio
de ser hija, madre y susurro
y al mismo tiempo
una roca que sangra a veces.
Y ya no distingo
entre el paisaje exterior
y mi propio paisaje por dentro,
y cada nube es un llanto,
cada desierto un olvido
Me habla y me pregunta,
y esta situaciòn
me cae como anillo al dedo,
coronando mi incertidumbre
de flores y pájaros que pican la carne
sin preguntar si duele
Frida me cuestiona
y yo respondo torpemente
con una pregunta
acerca de la belleza de la flor
que cambia pistilo por espina
en su secreta redención cotidiana
Y Frida me sonrie
al estilo Mona Lisa
y ya no me pregunta más
porque sabe
que no le puedo responder
miércoles, 24 de noviembre de 2010
Suscribirse a:
Entradas (Atom)